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Foto del escritorYessica Olvera

El México envuelto…





Ya sea en hoja de plátano, de maíz, en bolillo, en sopa, blanco, rosa, negro, con ceniza, de estas y mil formas es capaz de presentarse el glorioso tamal, tan maravilloso, que no necesita presentación, descripción ni nada por el estilo, es tamal eso es lo que es, un desayuno digno de arrancar el hambre de raíz, así, sin más, no debes esperar una época precisa del año para encontrarlo, solo necesitas, salir a la esquina, voltear en cualquier dirección para encontrarlo, mañanero por naturaleza, sea como sea, y en el lugar que te encuentres, un buen tamal con su atole debes probar…

Porque, ¿Qué es de un buen Mexicano sin un envuelto? Vamos por partes y como es costumbre, vamos a envolvernos del tema, conozcamos a fuego lento y a vapor, adicionemos en mente y corazón nuestras raíces mexicanas hechas tamal.

Ahora si a madrugar que es hora de ir al corazón del tamal, porque mira que el tamal es mañanero.


Su origen se remonta a nuestro México antiguo, mucho antes de la conquista Española, para ser mas exactos, nos situaremos en la zona Centro de México, a la región del maíz ¿El motivo? Las tierras Mexicanas por años han destacado por ser muy fértiles, perfectas para el cultivo de múltiples productos, uno de los productos endémicos más destacados es el maíz, convirtiéndose en el producto líder.

Comenzó a utilizarse no en grano precisamente, sino más bien, era más práctico moliéndolo, a esta molienda se le adicionaban ingredientes meramente nacionales como verduras, esquites, y algunos animales domésticos.

Con la llegada de Hernán Cortés, y la caída de los Aztecas, se introdujeron nuevas costumbres, normas, hábitos y por supuesto la alimentación no estaba descartada, se comienzan a realizar cambios significativos a las recetas tanto mexicanas como Españolas, produciendo una perfecta combinación. El tamalli, (envuelto) comenzó a transformarse, de maíz molido relleno de verduras y algunos esquites, a lo que hoy en día conocemos, como el delicioso tamal.

Se le comienza a adicionar la gloriosa manteca, carne de puerco, y la res, productos traídos por los Españoles, es aquí donde gracias a la implementación de nuevos alimentos y técnicas de cocina, nace nuestro tan amado tamal.

¿Aún no sales por un envuelto? Bien, entonces prepárate para abrir el apetito.

México siempre ha destacado por su patrimonio cultural y gastronómico, es un lugar que se ha ganado a pulso, puesto que cada estado siempre encuentra su forma de agregar su granito de arena, haciéndose fuerte de los productos que su Región le otorgue, esto hace que México cuente con una variedad innumerable de tamales, todos por supuesto siempre hechos a mano, son uno de los pocos productos más naturales que pueda haber hoy en día, adentrémonos un poco en su diversidad, visitemos la ruta del tamal y conoce una historia a través de los sabores, bien dicen "Donde fueres, haz lo que vieres".

Es importante mencionar, que todos los tamales tienen siempre la misma base, maíz, manteca envueltos en hoja de maíz o plátano, a continuación, estos son algunos de los tamales más representativos de cada estado.



Por su sabor exótico nos encontramos en primer lugar con Baja California, puesto que en este estado encontraras los famosos Güemes, su preparación consiste en un relleno de aceite de oliva, carne de puerco, pollo, aceitunas y pasas.





El estado de Sonora destaca por ser un clásico relleno de carne de puerco, aceitunas y pasas.








En el lindo Chihuahua, no puedes dejar de probar los rellenos de chile colorado, carne de puerco y orégano.






El hermoso Michoacán te ofrecerá sus exquisitas torundas, famosas por su relleno de queso, verduras y tequesquite.







En el estado de Guerrero se encuentra una variedad poco común, pero suculenta, consiste en un tamal de frijol, cubierto de mole verde de pipián.







Por supuesto que no podíamos olvidarnos de mencionar los bien conocidos en la zona Centro de la Capital, los tradicionales rellenos de salsa verde, roja, con carne de puerco, pollo, rajas, queso, y de dulce con pasas.



Dato curioso, la Capital de México es responsable de la creación de la guajolota.


No cabe duda de que México nunca va a dejar de sorprender, por su gastronomía, como por su gente, demos gracias a quien se dedica al oficio del tamal, puesto que el trabajo del tamalero es un trabajo arduo, constante y muy demandador, debido a que dejan en cada tamal, atole, guajolota o doradito un poco de ellos, desde que emprenden la tarea de ir a surtirse de los ingredientes necesarios para su elaboración, llegar a casa y en lugar de descansar, se prende el fogón para comenzar la magia de sabores sazonados, una vez listos los ricos guisados, entonces sí, a rellenar que para luego es tarde, una vez rellenos deben acomodarse para que terminen su proceso a fuego lento y a vapor, lista la tamalera, al siguiente día muy temprano, a emprender el viaje para instalarse en la esquina de tu localidad, así que, la siguiente vez que vayas por tu envueltito, a disfrutar tus raíces, a gozar los sabores plenamente y agradecer a quien hace posible todos los días sin falta una tamalera repleta…













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