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Foto del escritorYessica Olvera

Entren santos peregrinos...





A cantar se ha dicho, que es hora de cantar los villancicos, “En el nombre del cielo, hoy os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada “, “Entren santos peregrinos, peregrinos”. Invitados están a esta nueva historia, vengan queridos peregrinos, y escuchemos un poco del contexto y sabores que año con año, esperamos ansiosos y nos enamora así sin más, estoy convencida de que te gustara, ¿Sabes porque, lo sé querido peregrino?, muy segura estoy que leíste cantando.

Hay, pero que ricas son las posadas ¿Verdad?, para nosotros los mexicanos, estas fechas son las mejores del año, debido a que consigo vienen momentos incomparables, como lo es la convivencia de la familia, amigos, vecinos y ¿Por qué no?, todo aquel que este de paso y guste unirse, porque precisamente, es este el objetivo de esta hermosa festividad, brindar posada a quien lo necesite y por supuesto, nuestros invitados especiales, básicamente sin estos no sabe igual, sin ellos, no huele a posada, ¿Ya sabes a qué me refiero?, si aún no sabes de quien hablo, te contare un poco de cada uno, pero poco antes de eso te preguntaré algo, ¿Conoces el origen de las posadas?.


Se sabe que los primeros indicios de estas festividades en México comienzan en la época prehispánica, los Aztecas celebraban la llegada de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) en época invernal, a esta celebridad se le conocía como Panquetzaliztli (decimoquinto mes del calendario náhuatl), comenzaban desde el día 16, hasta el 26 de diciembre.


Estas fechas coincidían con la época en la que los Españoles celebraban la navidad, con el paso del tiempo y la combinación de ambas culturas, se sustituye a Huitzilopochtli por María y José. Hoy en día tiene lugar a partir del 16 al 24 de diciembre, en estas se recuerda el peregrinaje de María y José, cuando viajaban de Nazaret a Belen buscando un lugar donde quedarse y esperar la llegada del niño Jesús, he aquí por eso se le conoce como posada, son 9 días de posada puesto que son la representación de los 9 meses de embarazo de María, cada día representa un valor: humildad, fortaleza, desapego, caridad , confianza, justicia, pureza, alegría y generosidad, cabe hacer mención que la piñata es una representación de los 7 pecados capitales, ¿alguna vez te has preguntado porque son tan coloridas?, sus colores se deben a que los pecados siempre suelen ser vistos como algo que llama mucho la atención de aquí que las piñatas sean tan coloridas, el romperla es una forma de culminar con lo malo hecho a lo largo del año, y poder tener un nuevo comienzo, ya sabes, año nuevo, comienzo nuevo.


Ahora si, a lo mero bueno, la posada. Comienza con los villancicos, son llevados acabó por dos partes, hospedadores y peregrinos, comienzan los canticos y los peregrinos cantan con el fin que los hospedadores les permitan entrar, lo hacen acompañados de velitas de cera de colores y lucecitas de bengala, una vez terminada la Letanía los hospedadores abren las puestas del hogar y permiten entrar a todos los peregrinos.

“De la vista nace el amor” y vaya que es cierto, ¿Apoco no reconoces una posada desde lejos?, y es que indudablemente sabemos que hay posada cuando vemos pasar de aquí para allá con las piñatas, muchas luces de colores, olemos ese exquisito ponche que solo la mamá o la abuelita saben preparar, ¿y los guisos?, vaya que sin esos guisos no sabe a posada, y ni que decir de los aguinaldos, porque si vemos tan felices a los niños y los no tan niños es con la esperanza de recibir los tan variados y deseados aguinaldos.

La magia comienza siempre en la cocina, al son del cuchillo, el sonar de los guisados sazonándose, los hermosos olores que son capaces de abrir tus papilas gustativas, el amor fraternal que va desde el más pequeño hasta el más grande, porque a la hora de la cocina, todos participan, ya sea lavando, cortando, pelando, y lo más rico, probando.


Comenzamos con el más importante y suculento. El ponche, vaya que tiene variedad, su preparación está basada en una diversidad de sabores y texturas que sueltan las guayabas, manzanas, tejocotes, ciruelas, si porque no, la acidez del tamarindo, combinada con la siempre peleada caña y adicionada con el toque dulce del piloncillo, vaya que la combinación de todos estos, provoca un sinfín de emociones.


Ni que hablar de las deliciosas hojaldras de mole con pollo, segura me encuentro de que ya se te antojaron y es que si, en verdad son deliciosas, esa textura tan firme y suave del pan, junto con el sabroso sabor a mantequilla en cada mordida, combinándose a la perfección con el dulzor y vigor del mole, para cerrarla con broche de oro, pollito desmenuzado, no cabe duda alguna de que es una experiencia de alto nivel.




El tamal, es siempre el invitado que asiste a todas las reuniones, nunca está de más, por el contrario, su envoltura rellena de sabores de maíz, manteca, salsas, carne o dulces, los hace siempre bienvenidos.







El café de la olla, para paladares exclusivos, sobrio, discreto y a su vez tan llamativo, que hace que no puedas resistirte, incluso quien no gusta mucho del café, termina pidiendo una taza.







Las más simples, pero perfectas, las tostadas, son tan sabrosas por la variedad de texturas con las que se visten, comenzando por una tortilla de maíz bien fritita, cubierta de una embarradita de buen frijol refrito, por encima la adorna ya sea una rica tinga o pata, junto de su inseparable lechuga, decorada con un poco de crema, queso y por supuesto, su salsita, porque no hay tostada sin salsa.




Después de comer y convivir un poco, llega la hora más esperada por todos, niños, jóvenes, incluso los adultos, porque esta es la magia de la posada, todos soltamos nuestros roles por unos minutos y volvemos a ser niños, esperando el turno de pegarle a la piñata con emoción, risas, uno que otro desatino, hasta que llega el feliz momento en el que se rompe, y de su centro, brotan por todos lados, dulces, un poco de rica colación, juguetes para los más pequeños y uno que otro termina un poco golpeado por las cañas o jícamas y vaya que duelen, pero como nos gustan…


Ya para concluir es el momento estelar. Porque si ya de por si fue un momento grato desde el inicio, hasta el fin, esta festividad nos trae una última y maravillosa sorpresa, anhelada por todos, has estado en tantas posadas que supongo que ya sabes de quien hablo, si, efectivamente, los aguinaldos, esta hermosa sorpresa, que aunque todos sabemos que nos toca, nunca sabemos a ciencia cierta que trae dentro la bolsita.


Los aguinaldos tienen a ser siempre muy diversos, destacan por traer cositas dulces y saladas, algunos bombones, totis, chocolates, paletitas, chicles, pero si hay algo que todos tienen en común son estas 3 cositas:

La muy delicada y exquisita colación, tan colorida que por sí sola pareciera la representación de navidad, porque cuando uno ve colación por el mercado, es porque ya sabe que es navidad.

Las famosas galletas de animalitos, vaya que no pueden hacer falta, no hay aguinaldo sin estas galletitas.


Y por supuesto, la fruta de temporada, alguna caña, uno que otro cacahuate, una pequeña jícama que muerdes para pelar, afortunado si tu aguinaldo trae algún tejocote.

Pero bueno querido peregrino, sea como sea la posada en tu localidad, con la variedad que los distinga, recuerda siempre en estas fechas de amor y abundancia, dar lo mejor de ti, da sin esperar algo a cambio, regala una sonrisa, nunca sabes quien la pueda necesitar, y un buen consejo, no conoces las circunstancias por las que alguien pueda estar pasando. Por el momento te decimos, hasta la próxima y te deseamos felices fiestas…

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