En los últimos años ser profesor se ha vuelto un reto no sólo formativo, sino además, económico, social, cultural y hasta de seguridad.
Hoy que celebramos en México a estos profesionistas, quisiera dirigirme a diferentes actores sociales como maestro.
En primer término, me dirijo a los padres de familia: ¿qué los hace pensar que quienes intentamos dirigir el aprendizaje de sus hijos dentro del aula no tenemos el compromiso de hacerlos mejores personas? En los últimos años es más frecuente los enfrentamientos con papás que asumen que una llamada de atención, un correctivo, una calificación menor a 8, que una preocupación sobre el aprendizaje de sus hijos es una agresión a la felicidad de sus vástagos. ¡No señores! Desde mi punto de vista es una preocupación por una persona que necesita atención, dirección, interés.
Me dirijo a los medios de comunicación que en un corto tiempo pero de manera reiterada, buscando el rating, generalizan haciendo que la sociedad civil nos vea como revoltosos, flojos, sin preparación, etc. ¿Están conscientes de lo que implica una conceptualización así de quienes forman a los niños y jóvenes de este país? No dudo que haya quienes los adjetivos antes descritos se queden cortos pero, la mayoría de quienes nos dedicamos a esta profesión no lo somos.
También quiero escribir a nuestras autoridades judiciales; como sabrán, en días pasados se otorgó un amparo a un joven en contra de asistir a un centro educativo con el pelo corto; es cierto, eso no influye absolutamente nada en su aprendizaje. Una medida así pretende formar en ellos templanza, carácter, pulcritud, adecuación a normas, etc. Papás, hay que revisar los idearios educativos de las escuelas a donde pretenden inscribir a sus hijos; si no estamos de acuerdo con sus valores, principios y reglas; ¡¡busquen otra!! Sería bueno preguntarle a esos profesores en diversas partes del mundo qué opinan cuando han sido agredidos físicamente (o hasta asesinados) por alumnos y padres, o a ese anciano asaltado en calles de la Ciudad de México que se desplazaba con lentitud ayudado por una andadera.
Finalmente, recuerdo una entrevista hecha a la ministra de educación en Finlandia; el cuestionamiento era el siguiente: ¿cuál es la clave del éxito de su sistema educativo?; a lo que ella responde mencionando la priorización de tres cosas: los maestros, los maestros y los maestros.
Vaya pues, esta reflexión. Un abrazo enorme a todos esos profesores que han sido mentores no sólo de conocimientos sino, además, de vida.
¡Feliz día del Maestro!
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